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Cúrate mijita


Curate de las autocriticas y el rechazo interno que sólo dividen y tensionan tu interior, entorpeciendo el fluir de tu vitalidad.


Cúrate con un abrazo de amor incondicional, que todo lo acepte, que todo lo contenga, como un cántaro curvo y profundo.


Haz espacio a todo de ti: lo cómodo, incómodo, placentero y displacenter, agradable y desagradable. Esto mijita es la humanidad. Ser humana es ser vulnerable, y allí está tu tesoro. Ser vulnerable implica coraje y valentía. Implica arriesgarse a vivir y así a acertar y equivocarse, aprendiendo.


Abraza todo de ti, espacialmente lo que no te gusta e ilumínalo, decóralo, transfórmalo y verás cómo tu mayor defecto, con amor y aceptación será luego tu perla. De las heridas, al ser miradas, iluminadas y tratadas, proviene el mayor aprendizaje y transformación: la sabiduría misma. Con ellas aprendemos la medicina, que está en el interior de cada uno. Recuérdalo: tú eres la medicina. El saber de otros viene a recordar el tuyo propio.


Eres un cantaro de amor, recíbelo todo de ti.

Eres el cántaro y eres también el contenido.

¿Cuál es ese contenido? ¿Como es ese cántaro? Descúbrelo, dibújalo, llénalo de amor, míralo con ojos de amor, descubre su belleza. Conócelo y también modélalo, moldéalo. Sólo tu puede hacerlo.


Cuidado mijita de caer en el sufrimiento, que a diferencia del dolor que es genuino, busca perpetuar ese dolor y se transforma en victimismo. Reconoce tus dones, tu belleza, lo que sí puedes. No ocultes tus dones al mundo.


Cúrate mijita, curémonos juntos.


RECURSOS:

Canción medicina - María La curandera de Natalia Lafourcade


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