Hoy me dieron ganas de hablar acerca de las emociones, a quienes siempre nombro. Me parece relevante dedicarles un artículo porque es lo que primero trabajo en el consultorio con mis pacientes, ya que en general observo rechazo hacia ellas, especialmente las "negativas".
Por otro lado, al buscar imágenes para el artículo encontré muchas con emojis y me resultó curioso el pensar cómo usamos cada vez menos palabras y más emojis o stickers, al mismo tiempo que estamos súper desconectados de las emociones, que son lo que estos buscan transmitir.
¿Y qué son las emociones? Las emociones son reacciones complejas que involucran tanto procesos cognitivos como físicos que se generan en respuesta a estímulos internos (pensamientos y creencias) o externos, y desencadenan una serie de cambios en el cuerpo y en la mente. De hecho, reconocemos las emociones por las sensaciones corporales en nosotros y por la gestualidad y posturas corporales en los demás. Hay muchas emociones, y se las cataloga como primarias y secundarias. Estas últimas surgen de la combinación de las primarias, que son: tristeza, alegría, enojo, miedo y asco.
Etimologicamente, la palabra viene del latín emotio que deriva del verbo emovere y significa algo así como impulso que induce a la acción o al movimiento y desde una visión espiritual, se las considera como mensajeras del alma “Sé agradecido con quien quiera que venga / Porque cada uno ha sido enviado / Como un guía del más allá” escribe Rumi, poeta místico. Ellas nos traen información muy valiosa para llevar una vida plena y expansiva. Nos muestran qué nos hace bien - cuando se trata de la alegría - y también que hay algo mal y que necesitamos mirar y atender, al tratarse de la tristeza, el enojo, el asco y el miedo.
En general, a las emociones "negativas" les tememos y nos resultan abrumadoras. Deseamos que se vayan y las silenciamos, como si al hacerlo, efectivamente se fueran. Lo interesante es que hay estudios que comprueban que intentar reprimir un pensamiento o una emoción, lo refuerza. Desde la Gestalt, hablamos de la teoría paradójica del cambio la cual enuncia esto mismo: el cambio no sucede con un intento por querer ser otra cosa, si no con entregrarse plenamente a la situación actual. "Es curioso que cuando me observo, desaparezco”, decía Dogen, maestro Budista Zen. Al hacerles lugar, su intensidad disminuye.
Entonces, cada una de las emociones que consideramos difíciles viene a mostrarnos algo: el miedo señala que los recursos que tenemos no son adecuados para hacer frente a una amenaza, por lo que necesitamos buscar recursos nuevos; el enojo es el resultado de un deseo frustrado por algún obstáculo y nos incita a revisar ese obstáculo y superarlo; la tristeza surge ante una pérdida y nos muestra que necesitamos hacer una pausa para reflexionar y retirarnos a nuestro interior para acompañarnos.
Dicho esto, creo que no queda duda de lo importantes que ellas son y la necesidad de acogerlas, para lo que te dejo recursos abajo que a mi me sirven, ya que como dije, si bien es necesario ¡no siempre nos es fácil hacerlo!
Recursos para abordar las emociones
Respirar profundo y lento inhalando por nariz y exhalando por boca, llevando el aire hacia la panza con suavidad, para centrarnos y aquietar la mente.
Explorar dónde se aloja la emoción en el cuerpo, y cómo la sentimos. Describirla como si fuera un cuadro, haciéndole espacio así como hacemos espacio al aire al inhalar.
Escribir sobre lo que sentimos o dibujarlo. Acá te dejo un video sobre los beneficios de la escritura!
Caminar, ir a la naturaleza como un recurso para buscar calma y habitar el cuerpo.
Etiquetar la emoción comprender qué estamos sintiendo, y así
Tomar acción es decir, revisar qué necesitamos darnos o modificar: pueden ser sentimientos o creencias que necesitamos modificar, o situaciones con personas que necesitamos afrontar, o incluso dar un paso al costado. ¡La respuesta siempre está en tu corazón!
¡Ojalá podamos conectar con nuestras emociones y así, con nuestra alma!
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