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El fuego sagrado


Dentro de cada una habita la chispa dorada de vida, el fuego sagrado o el alma. Podemos estar conectadas a ella, a través de un río caudaloso lleno de movimiento y vida, o más bien casi o totalmente desconectadas, por un seco afluente que se adivina por una mancha de barro en la tierra, o un pozo reseco.


Lo esperanzador es que siempre podemos volver a conectar con ella, que espera paciente y activamente, aún encendida, aunque no se la vea, aunque pareciera haberse ido.


Y conectar con la chispa de vida es conectar con lo sagrado, lo original, la fuente, el impulso, fuerza y sabiduria, a la que en palabras de Clarissa Pinkola Estés reconocemos por "una gran lucidez, una gran capacidad de predicción, una gran paz, comunicación y sensualidad, una gran creatividad, agudeza, y valentía para aprender".


Es difícil de explicar en palabras esta conexión, más es algo que estoy segura que haz sentido: paz, vitalidad, alegría, expansión, confianza. Se siente en el pecho, en las entrañas. Como un cosquilleo de felicidad. Quizás solo por un instánte, un atisbo.


¿Y qué reseca el afluente? La rigidez, el perfeccionismo, las críticas (internas y externas), los estereotipos, los mandatos, las corazas.


¿Y qué lo alimenta? Pues el cultivo del amor, el encuentro de corazón a corazón, la creatividad, el juego, la curiosidad y todo aquello que expande el corazón y se siente lindo, aunque muchas veces implique tomar decisiones dolorosas, de trabajar en nuestro interior, de irse de dinámicas, vínculos, lugares (también tanto internos como externos) que son desvitalizantes. Nunca es tarde, y de lo que parece muerto brota vida en abundancia, porque la vida siempre es más fuerte.


Tenemos la capacidad de curarnos: somos la herida y la curandera. En su libro El baile de las mujeres sabia, Estés dice "las reparaciones y los renacimientos empiezan en el mismo momento en que nos desmoronamos" y que "esa fuerza interior (..) nos guía siempre y que nunca nos abandonará" y agrega "está siempre en plena efervescencia, bulle hacia arriba, fluye hacia afuera, a través y más allá, sin importar lo que surja en su contra, ya sean fuerzas ajenas o propias de la mujer."


¿Cómo está la conexión con tu fuego? ¿Qué te pide tu alma? Huir no es la solución. Ese es tu ego que se reconoce por el miedo, ansiedad, preocupación, desvitalización. Estoy segura que hay al menos una partecita en vos, que podés negar o desoír mas no callar y que espera paciente a que tomes las riendas de tu vida. O quizás ya lo hiciste y estás viviendo el emocionante y también desafiante camino del crecimiento y autoconocimiento.


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Abrazo de corazón a corazón


Francisca


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