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La ¿productividad? y la importancia de replegar para desplegar, juntas

Actualizado: 17 abr 2023


Vivimos en tiempos en los que el hacer, ocupar el tiempo, rendir, optimizar y producir tienen mucha valoración. En los que quién uno es, se define por la profesión: "¿vos qué haces? Soy periodista, soy psicóloga, soy..." SER, HACER, TENER.

Tener objetivos, producir, competir está muy bien y es necesario para crecer. El problema llega cuando no hay lugar para algo más.

Tanto desde la mirada astrológica como la cultura china, se concibe al universo desde polaridades: yin - yang, masculino - femenino: opuestos y complementarios. La energía masculina se caracteriza por emprender, accionar, expandir, salir, conquistar y lo racional. La energía femenina en cambio, es creativa, receptiva, suave, envolvente, cálida. Tiene que ver con el cuidar, nutrir, alojar, lo cíclico, lo creativo, sensible e intuitivo. En la polaridad masculina la energía se expresa, sale hacia afuera (despliegue) mientras que en el polo femenino va hacia adentro (repliegue). Lo femenino es la pausa y el descanso necesarios para salir y conquistar.


En la actualidad, al privilegiarse lo masculino y lineal por sobre lo femenino, corremos el riesgo de quedar atrapadas en la rueda de la productividad. ¿Y cuáles son las consecuencias? Cansancio, estrés, y desconexión de nuestros cuerpos, necesidades y emociones. NECESITAMOS momentos de pausa, de descanso y de "no hacer nada" para recargar nuestra energía, crear, jugar y así adquirir alegría, vitalidad y capacidad de estar en el presente y de enfocarnos.


Si nos regalamos estos momentos, si conectamos con nuestra energía femenina y le hacemos lugar, entonces podremos salir a producir alineadas con nuestro ser y renovadas. Iremos adquiriendo sabiduría e intuición, reconociendo nuestros límites, y aprendiendo a decir que NO más seguido.

Es decir, darle lugar a lo femenino, potencia también la productividad masculina, ya que son energías COMPLEMENTARIAS. Si nos quedamos solo en un polo, nos estancamos y no fluimos.


Además las mujeres, a diferencia de los hombres, somos CÍCLICAS. Tenemos cambios hormonales, nuestros cuerpos están sincronizados con el ciclo de la luna. Esto quiere decir que en los distintos momentos de nuestro ciclo menstrual, tenemos necesidades diferentes de descanso y alimentación, y también mayor o menor capacidad creativa y productiva. Querer cuadrar en la linealidad es como pretender entrar en un molde que no está hecho a nuestra medida.


Si caminamos la senda del registro y autoconocimiento - es decir, el camino a nuestro interior y a nuestro verdadero y querido hogar - reconoceremos con facilidad cuando nos perdemos. Empezaremos a registrar qué nos acerca y qué nos aleja, qué si queremos y qué no. Diferenciaremos entre salir de la zona de confort por crecer aún más, y la incomodidad de estar en donde no pertenecemos e irnos de allí. Sentiremos seguridad en nosotras mismas y confiaremos en nuestro criterio, ya que habremos ido comprobando reiteradas veces que cuando no seguimos nuestra intuición nos arrepentimos, y que en cambio cuando si lo hicimos, fue acertado y positivo (lo que no implica que fácil).


Incluir lo femenino es incluir también lo circular y grupal: el viaje de la vida es tanto más fácil, liviano y amable cuando caminamos juntas! Compartiendo nuestras alegrías y pesares, apoyándonos y alentándonos mutuamente, compartiendo nuestros dones y sabiduría las unas con las otras. Hoy siento el llamado a hacerlo y a generar tribu, y te paso a vos el mensaje para que vos también lo compartas si tu corazón resuena con él.


Te mando un fuerte abrazo


Francisca









1 comentario

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Guest
Apr 26, 2023

Súper identificada! Me encanto Panchi!!

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